Google anuncia Project Suncatcher: enviará chips de IA a órbita terrestre y abrirá una nueva era en la computación
Resumen
El 4 de noviembre de 2025 (hora del este de EE. UU.), Google anunció su programa de investigación «Project Suncatcher» (Proyecto Atrapasol), cuyo objetivo es enviar satélites solares equipados con chips TPU a órbita terrestre para construir centros de datos espaciales dedicados a la inteligencia artificial. La compañía planea lanzar, en colaboración con Planet Labs, dos satélites de prueba en 2027, cada uno equipado con cuatro chips TPU. Esta propuesta innovadora representa un intento significativo de expandir la infraestructura de IA desde la Tierra al espacio, con el fin de abordar los problemas de consumo energético y emisiones de carbono asociados a los centros de datos terrestres.
La computación de IA avanza hacia el espacio: Google propone centros de datos espaciales alimentados por energía solar
El 4 de noviembre de 2025 (hora del este de EE. UU.), Google presentó oficialmente «Project Suncatcher», un proyecto pionero liderado por Travis Beals, Director Senior de Google Intelligence Paradigms. El proyecto propone colocar los chips de inteligencia artificial Tensor Processing Unit (TPU) de la empresa en satélites solares para establecer infraestructura de cómputo de aprendizaje automático en el espacio.
Diseño técnico e innovaciones clave
El sistema está diseñado como una constelación compacta de satélites que operará en una órbita terrestre baja sincrónica con el Sol (órbita heliosincrónica), asegurando que los satélites estén casi continuamente expuestos a la luz solar. En una órbita adecuada, la eficiencia de generación de energía de los paneles solares puede alcanzar hasta ocho veces la de los sistemas terrestres, permitiendo una producción casi continua de electricidad y reduciendo drásticamente la necesidad de baterías.
Para lograr un rendimiento comparable al de los centros de datos terrestres, los satélites deben establecer conexiones de alta capacidad entre sí, capaces de soportar decenas de terabits por segundo. El equipo de Google ya ha validado experimentalmente esta viabilidad, logrando velocidades de transmisión de 1,6 terabits por segundo utilizando un solo par de transceptores.
El sistema empleará enlaces ópticos inalámbricos, con distancias entre satélites de apenas unos cientos de metros, mucho menores que las de las constelaciones actuales (por ejemplo, Starlink opera con separaciones de aproximadamente 120 km). Los modelos físicos indican que, en una configuración con una altitud promedio de 650 km y un radio de agrupamiento de 1 km, la distancia entre satélites vecinos oscilará entre 100 y 200 metros, requiriendo únicamente operaciones moderadas de mantenimiento orbital para conservar una constelación estable.
Pruebas de resistencia a la radiación
Google sometió sus más recientes TPU en la nube Trillium v6e a pruebas de radiación con un haz de protones de 67 MeV. Los resultados mostraron que el subsistema de memoria de alto ancho de banda comenzó a presentar anomalías únicamente tras acumular una dosis de 2.000 rad (silicio), casi tres veces la dosis esperada durante una misión de cinco años (750 rad en silicio). Incluso bajo la dosis máxima de prueba de 15.000 rad (silicio), no se observaron fallos permanentes atribuibles a la dosis total de ionización.
Análisis de viabilidad económica
Históricamente, los elevados costos de lanzamiento han sido el principal obstáculo para sistemas espaciales a gran escala. Sin embargo, un análisis realizado por Google sobre datos históricos y proyecciones de precios de lanzamiento sugiere que, manteniendo las tasas actuales de reducción de costos, los precios podrían caer por debajo de los 200 dólares por kilogramo a mediados de la década de 2030. En ese escenario, el costo combinado de lanzamiento y operación de centros de datos espaciales, calculado por kilovatio-año, podría ser comparable al costo energético de los centros de datos terrestres.
Plan para la primera misión de prueba
El próximo hito de Google será una misión experimental en colaboración con Planet, programada para principios de 2027, que incluirá el lanzamiento de dos satélites prototipo. Este experimento evaluará el funcionamiento de modelos y hardware TPU en el entorno espacial, además de validar la viabilidad de los enlaces ópticos inter-satélite para tareas distribuidas de aprendizaje automático.
Contexto y relevancia del proyecto
Los centros de datos tradicionales consumen grandes cantidades de electricidad, lo que incrementa las emisiones de gases de efecto invernadero y ha generado críticas por parte de ambientalistas. Al trasladar parte de la carga computacional al espacio, Google busca aprovechar la energía solar prácticamente ininterrumpida mientras reduce su impacto sobre los recursos terrestres.
En una entrada de blog, Google afirmó: «En el futuro, el espacio podría ser el mejor lugar para expandir la computación de IA. El Sol es la fuente energética definitiva del sistema solar, irradiando más de 100 billones de veces la potencia total generada actualmente por la humanidad».
Desafíos pendientes
Aunque los análisis preliminares indican que los conceptos fundamentales de la computación espacial para aprendizaje automático no enfrentan barreras físicas insuperables ni limitaciones económicas insalvables, persisten importantes desafíos de ingeniería, tales como la gestión térmica, las comunicaciones de alta capacidad con la Tierra y la confiabilidad de los sistemas en órbita.
Dado que en el espacio no existe aire, el calor generado por los chips debe transferirse a través de materiales sólidos hasta radiadores que disipen el calor en el vacío. El equipo planea utilizar materiales avanzados de interfaz térmica para lograr una transferencia eficiente sin necesidad de componentes mecánicos.
Además, los residuos orbitales representan un riesgo de colisión. La basura espacial existente ya amenaza a los satélites activos, y formaciones más compactas de satélites aumentarían la probabilidad de impactos, lo que exigirá sistemas robustos de evasión de colisiones y monitoreo continuo de escombros orbitales.
Visión a largo plazo
Google señaló que futuras constelaciones a escala gigavatio podrían beneficiarse de diseños satelitales más audaces, integrando arquitecturas computacionales nuevas y optimizadas específicamente para el entorno espacial, así como diseños mecánicos que combinen estrechamente la recolección solar, la computación y la gestión térmica.
Este ambicioso proyecto continúa la tradición de Google de explorar tecnologías de vanguardia, similar a cómo hace diez años la empresa inició la construcción de computadoras cuánticas a gran escala y, hace quince años, lanzó el proyecto de vehículos autónomos que eventualmente se convirtió en Waymo. Project Suncatcher representa una nueva dirección en el desarrollo de infraestructura de IA y podría abrir caminos completamente nuevos para la computación masiva de IA en el futuro.